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Mi testimonio.

Mi testimonio. Còmo el Señor se me presentò.

 

Fernando Gabriel Muñoz.       Escrito en el mes de Marzo del año 2015.

 

 

A fines del año dos mil tres, fuè que experimentè esta unica y gran experiencia con el Dios del universo. Desde mucho tiempo antes, sentìa la necesidad de encontrar la verdad, de lo que no conocìa. Sentìa que esta vida no lo era todo, y que algo mas tenìa que existir, en donde encontrar aquello que me  pudiera llenar como ser humano, ese profundo vacìo que traìa desde siempre. Cuando cumplìa siete años, mis padres se separaraban y nosotros con mis dos hermanos varones, (yo siendo el mas chico), quedamos en cierto modo desprotegidos. Mis padres hicieron lo que pudieron y consideraron conveniente para con nosotros. Mi infancia fuè buena hasta que cumplìa siete años, y que nuestro hogar se desmoronaba. Yo por ser el menor recibì mayor cuidado que mis hermanos, y de alguna manera estaba protegido por mis padres. Mi papà era comerciante junto con mi madre, y tenìamos un negocio propio, y tambièn la casa en que vivìamos, pertenecìa a nuestra abuela, que formaba parte en ese entonces de la familia. Luego mi padre se asociò con un hombre que resultò ser un estafador y dejando muchas deudas pendientes, perdimos el negocio, y tambièn la casa. Fuè asì que luego vino la separaciòn de nuestros padres, y entonces comenzò la aventura para nosotros los hijos, y tambien para mis padres. 

 

Deseo Resumir esta etapa con el fin de no detenerme tanto en la historia de mi infancia y la de mis hermanos. Lo cierto es que a medida que pasaba el tiempo y el hogar estaba desecho, vivìamos como podìamos. Cuando cumplì doce años, mi padre, decidiò enviarme a un colegio de menores en donde cumplìa la semana entera con algunas actividades, y los fines de semana, tenìa la libertad de salir a pasar dos dìas con mi familia. asì estuve cinco años de mi vida en ese colegio, hasta que cumplì 17 años de edad, y salì. Esos cinco años para mi fueron de soledad en cuanto al contacto familiar, y tambièn una aventura de la vida. Fueron muchas las experiencias que vivì en esos tiempos. Casi al completar los cinco años, conocì a una mujer que trabajaba en aquel colegio, en el cuidado de bebès y niños chicos, (porque tambien habia diferentes niveles de edades en el colegio internados). Mi categorìa era la ante ùltima, en edades. 

 

Asì pase los cinco años, y casi al terminar conozco una mujer que se fijò en mi, siendo empleada del colegio, y arriesgando tambièn su trabajo, transgrediendo las normas establecidas, por el derecho que no nos correspondìa, siendo yo un internado y ella una empleada, del mismo instituto. Asì sucediò, mas allà de las oposiciones, que seguimos adelante en nuestro "amor". Al punto que unos meses mas tarde, mi padre y el padre de ella acordaron un encuentro con el tema central de nuestro supuesto amor, y mi salida. Entonces estuvimos los cuatro de acuerdo en que egresaba del colegio y me mudaba a la casa de ella, que era la casa de sus padres. En un estrecho de manos entre ellos, yo salìa de aquel instituto de menores. 

 

Cuando experimentè salir de ese lugar, me sentìa libre, al tiempo de extraño, porque no estaba acostumbrado a vivir libre sin que alguien tome iniciativa por mi. Dimos rienda suelta a nuestro amorìo, y convivimos sin casarnos durante nueve años, hasta que cumplì veintisèis. En todos esos años vivimos experiencias de todo tipo. Yo era una persona con traumas, impulsos y reacciones malas, como asi tambien buenas. Pero era una persona lastimada por mi pasado, con heridas que sangraban y problemas sin solucionar. Era agresivo, mal hablado, peleador, luego caì en la marihuana, era depresivo a veces, y tambien tomaba alcohol.  A lo largo de ese tiempo, fuè que empecè a buscar el propòsito de mi vida, y de la vida. Tenìa tendencias a escribir, hacer arte, mùsica y algunos dibujos, y ganas de superarme. Pero estaba muy confundido y lastimado.  La marihuana pasò a convertirse en mi dios, porque cuando la consumìa, me olvidaba de lo miserable que era, y vivìa en una falsa realidad. Era muy dura la vida para mi, que no podìa enfrentarla en mis cinco sentidos. No duraba en ningùn empleo, porque estaba resentido de las normas y òrdenes que estaba acostumbrado a obedecer en el instituto. Luego me convertì en tecladista, mÙsico, de una banda que intentabamos armar entre nosotros, los hermanos. Y luego tambièn me perfeccionè un poco mas y formè parte de algunas bandas no reconocidas del ambiente tropical.

 

En todo ese tiempo aparentaba que estaba bien, pero por dentro y en mi intimidad estaba vacìo y destruido. (Estoy resumiendo esta historia sin mencionar tantos detalles). Fuè tambièn que experimentè mi primera infidelidad fìsica,( no yo, si nò hacia mi), y ayudò a que cayera aùn mas profundo en mi estado de depresiòn. Luego me desviè en pos de mujeres, por debilidad a causa de este hecho. Asi pasò el tiempo hasta que cumplì 25 años aproximadamente, que fuè el gran dìa de mi rescate por parte del Señor. En esos ultimos dìas yo venìa experimentando y buscando informaciòn y sensaciones en espìritus, frases, historias espirituales, pràcticas de viajes astrales (que  nunca los experimentè). Indagaba en internet buscando en lo oculto. El vacìo tan grande de mi corazòn me impulsaba a buscar algo que le pudiese dar un poco de alivio a mi alma lastimada y confundida. Continuaba con la musica y tambièn me convertì en hombre de radio, que hacia locuciòn y programas de radio. Cada vez estaba mas vacìo y sin propòsito para vivir. Para mi la vida era: las mujeres, la marihuana, los placeres, la fama, y hacerme respetar.

 

Tenìa entonces muchos problemas con la mujer que convivìa, y fuè que ya lo ùnico que hacìamos era pelearnos. Un dìa nos peleamos tan duro que nos separamos, y quedè solo en una habitaciòn pequeña, sin trabajo, (porque ademàs no queria trabajar). Estaba tan mal, que no me importaba nada de lo que a mì mìsmo me podìa pasar. Entonces me encontrè solo, sin ocupaciòn, sin dinero, deprimido, angustiado, sin propòsito, y sin ganas de vivir. Bajo la influencia de todos mis males,  llorando decidì como ultimo recurso buscar a Dios.  Un Dios que yo no estaba seguro si realmente existìa. Un Dios al cual apostaba sin conocerlo, y sin sentirlo. Un Dios que tenìa que existir y cambiar mi rumbo de vida. Un Dios que tenìa para mi un plan de salvaciòn. Asì lo imaginè en el momento que clamè a gran voz en mi llanto y de soledad, ya sin otra salida. 

 

Fuè asì: 

 

Despuès de la pelea que tuvimos con mi pareja, ella se va y quedo solo. Cayendo en varios estados de desànimo y depresiòn. Estaba solo, sin trabajo, y muy deprimido. Recuerdo que unos dìas antes habìa tenido una experiencia mientras dormìa. Me despertè a media noche y vi una luz que entraba en la habitaciòn donde estàbamos, y cuando esta luz entraba, se cortaba la luz elèctrica, (yo tenìa una luz siempre encendida de noche de color amarillo) y saltè en mi cuerpo entero, pero acostado unos centimetros. Fuè algo extraño, pero en ese momento no sabia que sentir. Al momento percibì una presencia que flotaba en el techo de la pieza, del lado de adentro, y notaba que me miraba y contemplaba. A los pocos dìas fuè que nos separamos y sucediò. 

 

Entonces clamè a Dios dicièndole asì: "Dios mio, si realmente existìs, entra a mi vida, dame una nueva vida, cambia mi corazòn, perdoname por esto y aquello" Y empecè a confesarle todo lo malo que venìa a mi mente y corazòn, y lloraba como un chico. Estaba tirado en el piso llorando y clamando a Dios profundamente. En un momento en medio de todo eso, sentì una respuesta de paz, y tranquilidad, calma y seguridad como nuca jamàs antes habia sentido. Al momento parè de llorar y me quedè mirando al techo con la boca abierta, profundamente admirado y asombrado porque asociè automaticamente que era ese Dios que habìa invocado, el que estaba en mi. Me di cuenta que ese Ser, era de amor, gozo, paz, calma, bondad y poder. La realidad que yo experimentaba de ese Ser que aùn no conocìa nada de èl, era la causa suficiente para que sin palabras me quedaba pensando y sin saber que hacer, solamente sentirlo y vivirlo. En ese momento entendì que Dios era real, porque yo lo habia invocado y me habia respondido de una manera muy fuerte. Fuè tanta la experiencia que no podìa soportarlo. Esto hacìa tambien que explotara en el mundo espiritual y fìsico, fenòmenos paranormales, que asì los asimilaba porque no sabia que eran espìritus y demonios. Un tanto porque yo antes indagaba en cosas ocultas en internet y frases angelicales, espìritus, etc. Siempre con el propòsito de encontrar la verdad, y nunca con propòsitos malos. Pero como ignoraba a Dios no sabìa donde me estaba metiendo. Y ahora que Dios estaba llegando a mi vida, el mundo espiritual y de derechos legales estaba siendo movido por mi alma, y explotaban toda clase de ruidos, movimientos y cosas a mi alrededor y dentro de mi alma y sentidos. Fuè tanta la fe que depositè en ese Dios, por haberme escuchado y respondido, que empecè a invocar el nombre de Dios salvajemente.  Tambièn en un momento de tanto hundimiento en el poder de Dios y la oposiciòn demonìaca, que caigo al suelo y escucho una oraciòn en un idioma desconocido, todas las voces juntas unànimes orando lentamente. Cuando escucho eso quedo impactado y tremendamente tocado por esa experiencia, que hasta el dìa de hoy no puedo descifrar que fuè. Probablemente Dios lo permitiò para que comprenda lo real del mundo espiritual. En un momento despùes tocan la puerta y cuando abro era un anciano con cara alegre, y sus ojos desgastados y empiezo a hablarle de Dios sin dejarlo hablar, y al testificarle del poder de Dios, segùn me estaban pasando cosas. En vez de confundirlo y espantarlo, el anciano se quedò mirandome con asombro y alegria y dijo estas palabras: "Ahora si, me voy purificado". Nunca me olvido de esas palabras. Y tampoco entiendo hasta hoy que fuè esa experiencia. Me fortalecìa y entendìa profundamente que Dios era real, y no como yo pensaba. Esto aumentaba mi fe, tan sencilla y poderosa como la de un niño.

 

Luego salgo a la calle con el propòsito de encontrar a mi pareja que se habìa ido. Tal es asì, que hago tres cuadras y la cruzo caminando. Cuando me ve se quedò impactada y sorprendida porque en mi cara estaba la felicidad y el asombro de algo sobrenatural. la hostiguè a que volviera conmigo y volviò. Todo el tiempo hablandole de Dios y de esta experiencia grande y profunda que habia tenido dos dìas antes. Ella no lo creìa, porque yo era hasta entonces una persona errada, sin ganas de nada, agresivo, etc. Entonces ella no podìa entender como "Fernando" hablaba de Dios siendo como era. Pero ella ignoraba que Dios me habia tocado y respondido.

 

Parte fuerte de mi testimonio:

 

Quiero aclarar antes, que lo que van a leer es totalmente real y Dios es testigo. 

Fuè tanta la insistencia de mi parte hacia ella, hablando de Dios y los milagros que yo estaba viviendo, que ella decide salir del lugar y pedir ayuda para mi. Contactò por telefono a personas conocidas de ella, pidiendo consejo y contando mi experiencia, incluso a un pastor evangèlico, pero a su modo de verlo. Volvìa y me decìa que yo me habia metido en brujerìa y por eso estaba asì, y que alguien me habia hecho algùn mal o algo por el estilo, pero no aceptaba que habia sido tocado por Dios. En un momento ella se va y vuelve con una Bìblia que habia conseguido y me la diò. En ese momento abrì la palabra y fuì al evangelio de Mateo. Cuando leìa sobre la vida de Jesùs yo me conmovìa y lloraba, y caìa al suelo en una especia de dolor espiritual y me ahogaba, y  clamaba a Dios gritando,  porque me sentìa identificado de alguna manera con èl. Mas tarde este sentimiento que yo tenìa de Jesùs, que me identificaba con èl, tornò en una confusiòn. Luego aparece mi padre a visitarme porque ella lo habia citado para que me vea y escuche de mi lo que yo estaba viviendo. Cuando èl, mi padre llegò a verme, tambien se sorprendiò y me preguntò que me pasaba. Entonces empecè tambien a predicarle del poder de Dios y de la experiencia que estaba viviendo, y a predicarle lo poco que habìa estado leyendo de  la nueva Bìblia que tenìa en mis manos. Al principio èl se resistìa de lo que yo le decìa, pero luego fuè  tan grande el impacto que mi papà sintiò, que la mirò a ella y le dijo que lo que yo le estaba diciendo era verdad, o sea la palabra. Luego mi papà se fuè a su casa. Asì continuè hasta que ella se enfureciò y ya no queria soportarme mas, ni escuchar lo que estaba diciendo. Mi profunda oraciòn a Dios era que me mostrara el mundo espiritual que tanto habia estado buscando.       

 

En un momento vi en ella un engaño. Vi en ella, en su interior, por medio de sus ojos, que dentro de sus ser habìa algo que la estaba haciendo actuar de una manera que no dominaba. Entonces con el poco conocimiento que tenìa de la palabra, pero con una fe muy profunda le digo. Vos no sos (su nombre), ¿quien sos?; y ella se enojaba y me decia: ¡estàs loco! ¡que me estas diciendo!, y me trataba muy mal. Pero yo insistìa diciendole: vos no sos (nombre), ¿quien sos el que està dentro de ella? y le reprendìa en el nombre de Jesùs. Cosas que yo habia leìdo en el evangelio, como Jesùs expulsaba demonios de las personas. Yo sentìa en mi espìritu que dentro de ella habia algo sobrenatural, mas especìfico, un demonio que la poseìa, (porque ella muchas veces tenìa ataques de celos sin motivo y se deprimia mucho por eso, y se ponìa agresiva). Tanto fuè que insistì que de pronto ella se va para atràs bajando los ojos y soltando una risa con voz medio grave y sarcàstica, y me dice "que te pasa Jesùs de nazaret", y empezò a soltar de su cuerpo gases y eructos, y se reìa, y se enfurecia mucho, y tambièn empezò a insultarme gravemente, a escupirme y a cambiar la voz. Yo quedè impactado, pero tambièn esto esperaba. Mas corroboraba con sus hechos lo que estaba intentando un rato antes provocar en ella, porque sabìa que algo no estaba bien en ella. Asì entonces se acercaba a pegarme pero yo en el nombre de Jesùs le decia: "fuera Satanàs, en el nombre de Jesùs" y ella gritaba y salia a la calle. Mis ojos se movian de un lado a otro rapidamente como si alguien me los movìa. Recibìa tambièn golpes  de fuerzas espirituales como un gran viento cuando sopla y te tumba, y tambièn una sensaciòn parecida a la electricidad cuando te descarga en el cuerpo. Yo entonces oraba, hablaba con Dios y le pedìa fuerza para combatir. De repente ella entraba otra vez furiosa y violenta para pegarme, insultarme, y con toda su furia, y otra vez la reprendìa, y ella retrocedìa y lloraba. En un momento el espìritu inmundo la suelta y ella volviò en sì y me dijo asi: "Fer, ayudame por favor, no se lo que me pasa, decime que hago, por favor"  Y yo entonces le decìa que se calmara y orara a Dios que el le podìa liberar; Y cuando estabamos tratando de charlar, otra vez el espìritu la tomaba y nuevamente tomaba esa personalidad de odio, insultos, agresividad hacia mi. Asì fueron como diez veces, a lo largo de tres dìas. Yo no comìa, ni dormìa, ni podia distraerme porque ella me atacaba. Estabamos en una habitaciòn. Cuando el espìritu la tomaba para destruirme, y mi fè, en el poder de Jesùs, luchaba y vencìa. Yo en ese entonces trabajaba con madera, y tenia unas maderas bien guardadas y apiladas, que empezaban a caerse solas, por el espìritu que estaba dentro de ella, y tambien contra mi. Habia muchas manifestaciones espirituales que nunca habia visto mas que en algunas peliculas de ciencia ficciòn. Entonces comprendì què real es el mundo espiritual que no vemos con los ojos fìsicos. Intentabamos dialogar cuando el espìritu la soltaba, pero otra vez la tomaba y seguia la lucha. Hasta que la saco a la calle y caminando yo le decìa lo que tenìa que hacer. Cuando ella aceptaba las palabras, sucedìan cosas a nuestros alrededores. Chocò un auto contra la parte de atràs de un camiòn, un auto pasò a centimetros de mi, y yo percibìa que alguien que no veìa me queria destruir. La gente a lo lejos, estando delante nuestro se daba vuelta para mirar, siendo que no podìan percibirnos. Era el mismo Satanàs, porque yo estaba pasando del reino de las tinieblas al reino de la luz de Dios. Asi fuè que en el poder de Dios ella se calmò y no volviò a tener esos ataques. Un tiempo mas tarde nos mudamos, y fuè en esos tiempos que yo crecìa en el conocimiento de Dios, y el Señor me convencìa de las cosas que tenìa que cambiar en mi vida. Luego  caì en una especie de delirio mìstico pensando que era Jesùs. (Fue muy fuerte lo que vivì). Puede sonar algo chistoso, pero fue algo muy fuerte. Dada la fe que habìa experimentado, y el poder de Dios que habìa visto, y que aùn luchaba contra la marihuana, que lleguè a pensar que yo era Jesùs. Fue una experiencia muy profunda la mìa en ese entonces. Mi familia intervino y me llevaron a una iglesia catòlica, para que alguien pueda socorrer mi delirio, y como hablaba de Dios, entonces ellos consideraron eso conveniente. 

 

LLegamos a una iglesia llamada "sagrado corazòn de Jesùs" en la localidad de lomas del mirador, Buenos Aires. Yo con toda esa sensaciòn que era Jesùs. Cuando entramos  tocaba en la cabeza con mis manos y  bendecìa a las personas, y tenìa gran compasiòn por todos. Tenìa una vianda y la di a un mendigo que estaba en la puerta de la iglesia y lo toquè a modo de bendiciòn. Todos me miraban y se quedaban maravillados por mi comportamiento. Estaba siendo engañado por un espìritu que me hacìa creer que  era Cristo, imaginen nada mas. Pero yo tenìa plena seguridad de lo que sentìa. Luego me llevaron a un cuarto en donde estaban dos mujeres y un cura, Cuatro en total. Tomaron "agua bendita", (aunque no tiene ningun poder). Y me hicieron la señal de la cruz en mi frente y repetìa el cura palabras y frases, y las dos mujeres rezaban. Entonces yo con toda mansedumbre pero con firmeza le digo al cura: "Ustedes no tienen a Dios" "Yo estoy bien, los que estàn mal son ustedes". En ese momento el cura se sonrojò y apretò mi hombro, enojado. Luego me lleva mi familia, dentro de la misma iglesia a un psicològo, o medico y me pregunta: "Que te està pasando", y yo le dije: "A mi no me pasa nada, estoy muy bien, porque conocì a Dios", y tambièn le hablè al medico sobre el poder de Dios. Estaba experimentando un cambio, una mezcla de delirio, y el poder verdadero de Dios", estaba en un perìodo de transiciòn. Entonces el medico me saca de la sala a donde estaba mi familia y les dice: "este chico no tiene nada, està perfectamente bien". Mi familia estaba muy preocupada, y aterrada por mi comportamiento y no sabìan lo que me estaba pasando. Hasta me llegaron a dar pastillas tranquilizantes, para aplacarme un poco del estado emocional, en que me encontraba. No podìa dejar de hablar de Dios y la experiencia que estaba viviendo. Todo esto mezclado con la confusiòn que estaba pasando. Los poderes de las tinieblas luchaban por mi alma, contra los poderes de la luz, causando en mì, un desorden casi mental.

 

Asì sucediò todo esto. Luego, mi pareja  empezò tambièn a interesarse por Dios, a causa de haber pasado semejante  experiencia en su propia carne, y viviendo mi testimonio. Fuimos un tiempo juntos a una iglesia evangèlica, pero yo todavìa estaba algo confundido, porque estaba recièn convertido, con muy poco conocimiento y en shock por todo lo que habia vivido.  Un tiempo despùes, Dios obraba en mi vida y supe que no podìa convivir con una mujer que no fuese mi esposa, y decidì, separarme. Me fuì y vivì solo. Luego mi fama se empezò a divulgar, y apareciò un hombre enviado por Dios que me llevò a una congregaciòn, en donde empecè a crecer en la palabra y en los dones espirituales. Fuì a algunos lugares a contar mi experiencia. a muchas personas, a varias iglesias y tambien a una radio. 

 

Entendì asì, que necesitaba que Cristo me salvara de mis pecados, y lo recibì de todo corazòn reafirmando asì mi fe, y teniendo seguridad de mi salvaciòn. Crecìa en la gracia y en el conocimiento de Dios por su palabra. Luego fuì bautizado en agua, para testimonio a las personas, y a la congregaciòn, y como paso de fe y obediencia, que era ahora hijo de Dios por la fe en Jesùs. Luego me introduje en la musica, tocando teclado y cantando alabanzas a Dios. Tambièn predicaba la palabra y enseñaba sobre el Señor, a los jovenes. y Tambien en otras iglesias. Asi fue que fui creciendo en el Señor, y tambièn caì muchas veces, y me levantè. Cosas que pertenecen a la madurez de un creyente. Mi fe fuè creciendo cada vez mas, a medida que Dios se manifestaba a mi vida. Desde aquel entonces es que realmente puedo decir que Dios es muy real, mas allà de lo que puedo imaginar o comprender. Hoy, amo al Señor  que me rescatò y diò su vida en una cruz por mi, y deseo vivir para èl todo el resto de mis dìas.

 

Mil veces puedo caer, pero mil veces me levantarè. Y a todos los que leen este testimonio les digo esto:

 

"crean al envangelio de Jesùs y entreguen sus vidas por completo a Dios, porque el tiempo del fìn se acerca a pasos agigantados" 

 

Les regalo este precioso pasaje de la palabra de Dios: 2 Corintios 5:17: "De modo que si alguno està en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquì todas son hechas nuevas"

 

Les amo y quiero en el Señor. gracias a todos por leer este testimonio. Bendito sea el nombre de Dios, en toda la tierra. Amèn.

 

 

Fernando Gabriel Muñoz.

 

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